4 nov 2017

Xbox One X, análisis: La consola de los exigentes



Si a un entusiasta de los videojuegos le preguntas por sus requisitos a la hora de jugar probablemente te conteste con términos como potencia, rendimiento y el mayor número de gráficos posibles. Esa es una descripción que podría definir a un jugador de PC, sin embargo, en los últimos meses hemos presenciado el lanzamiento de una nueva, llamémosle generación, que pretende ofrecer un paso más para aquellos que busquen el nivel de excelencia gráfica desde el sofá de casa. Primero fue la PS4 Pro, y ahora es el turno de Microsoft con su interesantísima Xbox One X, una consola que lleva la potencia por bandera.

Diseño inmejorable

Carlos Martínez / Engadget


Resulta sorprendente comparar la nueva Xbox One X con la actual Xbox One S. La pequeña consola de color blanco consiguió reducir sus dimensiones hasta la mínima expresión, integrando por fin la fuente de alimentación y regalando un diseño minimalista que sigue enamorando a cualquiera. Pues bien, la Xbox One X, vuelve a igualar el tamaño y sigue integrando la fuente de alimentación, con la diferencia de que ahora alberga un cerebro muchísimo más potente que el de su hermana pequeña. El trabajo aquí es espectacular, olvidando aquella época en la que la fuente de alimentación era un ladrillo imposible de esconder y la consola ofrecía un diseño más bien tosco en lugar de refinado.

Si no fuera por el color y el pequeño escalón que aparece en la parte frontal, a simple vista podríamos decir que estaríamos ante una Xbox One S. Pero claro, cuando enciendes la consola, empiezas a entender de qué va esto.

4K hasta en la sopa. ¿Por qué?

Carlos Martínez / Engadget


Xbox One X se ha creado para llevar la mejor experiencia posible de juego directamente a tu pantalla, y eso significa poder jugar en 4K, con efectos HDR y a 60 imágenes por segundo. El resultado es muy sorprendente, y aunque de primeras muchos podrían no encontrar grandes diferencias con el juego a 1080p, lo cierto es que hay cambios muy importantes que se notan en cuanto los entiendes.

Con el 4K no ocurre eso mismo que teníamos en cuenta del salto al 1080p desde los 720p. En aquella época, aprovechar más resolución en la pantalla dependía de la distancia del sofá frente a la TV y del tamaño de la misma, algo que igualmente podemos aplicar en los televisores modernos 4K, aunque debemos de tener en cuenta que la nueva resolución incluye además una gama cromática más amplia y un rango dinámico superior que permite ofrecer efectos HDR en la mayoría de modelos del mercado. Ahí es donde llegan los primeros cambios perceptibles, y con los que la experiencia visual cambia notablemente.

Si a eso le sumamos una reproducción a 60 imágenes por segundo, el resultado son juegos muy fluidos que permiten apreciar mejor los detalles, y vaya si se nota. ¿Y que hace falta para disfrutar de todas estas maravillas? Potencia.

Potencia bruta.


El cerebro de la Xbox One X cuenta con 8 núcleos Jaguar que corren a 2,3 GHz, aumentando así en un 76% la velocidad de reloj respecto al actual modelo. A eso hay que sumarle una gráfica de origen desconocido (fabricada a medida) que cuenta con 40 unidades de procesamiento, cada una a 1.172 Mhz y sumando un total de 6 teraflops, que unido a los 12 GB GDDR5 del sistema, se consigue un conjunto extremadamente potente que no sólo supera con creces lo ofrecido por PS4 Pro, sino que también es fácilmente comparable con lo que podría ofrecer un PC con una gráfica de gama alta.

Eso sí, habría que tener en cuenta que la arquitectura de la Xbox estaría más enfocada a exprimir al máximo el rendimiento de todos sus componentes de lo que se podría conseguir con un PC, aunque, de todas formas, esos 12 GB de RAM no serán exclusivos de la gráfica, ya que se compartirán entre CPU y GPU en todo momento. Por lo que no olvídate de comparar ese detalle frente a una configuración de PC, porque no es lo mismo.

¿Todos los juegos funcionan en Xbox One X?



Xbox One X es compatible con todos los juegos actuales del catálogo de Xbox One, aunque para aprovechar al máximo el rendimiento de la consola es necesario que lleguen preparados con una serie de requisitos previos.

Para ello habrá que contar con el trabajo de los desarrolladores. Microsoft se ha esforzado mucho en acompañar el lanzamiento de su nueva consola con una gran cantidad de juegos preparados para la nueva resolución. Esos juegos llegarán etiquetados con el sello "4K Enhanced" que indicará que el juego ha sido desarrollado pensando en las capacidades de la nueva consola, pudiendo incluir además texturas de alta definición, efectos HDR, mayor número de pantallas por segundo y hasta ser compatible con la resolución 4K. El sello de optimización no implica que se incluyan texturas, HDR ni 4K, aunque imaginamos que los futuros lanzamientos traerán estas características casi de serie. La lista de juegos optimizados es inmensa y la puedes ver aquí.
Forza 7 luce espectacular. Pilotar a manos de un Porsche 911 GT2 RS a toda velocidad, con efectos de luz y todo tipo de detalles (con los que incluso apreciar la piel de alcántara del volante) es sensacional, y para colmo, todo corre a 60 imágenes por segundo. Es un juego al que Microsoft le ha prestado bastante atención para poder demostrar todo lo que Xbox One X es capaz de hacer.
También hemos podido probar Gears of war 4, un juego donde curiosamente podremos elegir entre dos opciones: disfrutar del 4K a 30 imágenes por segundo con efectos en HDR o jugar a 1080p con supersampling mientras la partida corre a 60 imágenes por segundo. A nivel personal, prefiero jugar a 60 imágenes por segundo, aunque lo ideal sería mezclar ambos modos para disfrutar de la máxima definición 4K con total fluidez. Habrá juegos que lo permitan, pero por ahora es cuestión de esperar.
Nuestro compañero Davindra de Engadget en ingles comenta que jugando a Gears 4 en 1080p a 60 imágenes por segundo ha conseguido disfrutar de una experiencia muy similar a la de su PC con una NVIDIA GTX 1080, aunque obviamente la consola se dejaba por el camino más de un efecto vistoso que termina por mejorar la experiencia en PC. Aún así, es muy interesante ver ese tipo de valoraciones.

El precio de la experiencia 4K

Carlos Martínez / Engadget


El problema de ir siempre a la última en cuestiones tecnológicas es que en la mayoría de casos se requiere un desembolso importante para que todo funcione a la perfección. Si te planteaste comprar una PS4 Pro posiblemente sabes de lo que hablo. Mi caso en particular reúne todos los problemas posibles para dar el salto al 4K, ya que tendría que cambiar infinidad de elementos para poder disfrutar de la consola al máximo rendimiento. No tengo televisión 4K (obviamente en las pruebas sí he contado con una), uso un amplificado AV para concentrar todos los dispositivos y conecto ambos dispositivos con un cable HDMI de 15 metros debido a la colocación de los aparatos en casa. ¿Qué significa esto? Pues que para dar el salto al 4K no me basta con cambiar la televisión, sino que también necesito cambiar de amplificador y cambiar de cable.

Más allá de la imagen, la consola también cuida el sonido incluyendo compatibilidad con Dolby Atmos. ¿Y sabes qué hace falta para disfrutar de esta tecnología? Así es, más dinero para disponer de los altavoces correspondientes. Una configuración básica para Dolby Atmos requiere de una distribución de altavoces 5.1 ó 7.1 con altavoces un par de adicionales en el techo, que es donde precisamente se disfruta de la tecnología envolvente de Atmos. Ni que decir tiene que para todo esto necesitaremos que el amplificador sea compatible con dicha tecnología.

Es obviamente un caso muy extremo que posiblemente no se corresponda con el de la mayoría de usuarios, pero sirve para hacerte una idea de lo que implica apostar totalmente por el formato. Porque queríamos el máximo rendimiento y calidad, ¿verdad? ¿o no era eso lo que querías?

¿Merece la pena usar la Xbox One X en una pantalla 1080p?

Carlos Martínez / Engadget


Microsoft ha tenido en cuenta este pequeño detalle, que por tonto que parezca es crucial para el éxito en el mercado, ya que no todo el mundo disfruta de una tele 4K en casa. La consola intenta llevar la misma calidad gráfica que obtenemos en 4K a una pantalla Full HD. Lo que hace es tratar la señal nativa en 4K con sus texturas y sus efectos y realizar un muestreo llamado "supersampling" que reduce la imagen a la resolución de las 1080 líneas para que se vea perfecto en tu pantalla.

Es una técnica muy efectiva que consigue resultados geniales, sin embargo, en líneas generales podría no ser suficiente razón para defender el uso con pantallas Full HD, ya que estas no cuentan con HDR, una función que llama muchísimo la atención en plena partida y se disfruta con creces.

Otra opción también es la de usar la consola en un monitor de PC con resolución 1440p. Microsoft ha confirmado que la consola ofrece soporte nativo para estas pantallas, y yo mismo la he probado en una con resultados magníficos. Es una opción muy a tener en cuenta si dispones de este tipo de monitores, aunque lo normal es que si tienes uno de esos modelos cuentes también con un PC Gaming.

Ya tengo una Xbox One S, ¿la cambio por una Xbox One X?

Carlos Martínez / Engadget


Como hemos comentado, la imagen ofrecida por la Xbox One X es excepcional incluso a 1080p, por lo que efectivamente existen mejoras a nivel de gráficos respecto una consola y otra, pero probablemente no suficientes para justificar el cambio. Te perderás efectos HDR, y la falta de 4K real al final podría acabar pesando tras pagar los 499 euros que cuesta la consola.

Tampoco hemos encontrado grandes diferencias en los tiempos de carga, así que, si lo tuyo no son las esperas, esos segundos en los que el juego tarda en aparecer serán los mismos en una consola y otra.

El problema llega desde luego con el desembolso. La consola cuesta 499 euros, y ese precio pesa bastante teniendo en cuenta la corta vida de Xbox One en el mercado. Si el precio no es tu problema, el precio no nos parece del todo mal, aunque sí echamos en falta la incorporación de un mando Pro, más acorde al estilo alta gama de la consola. Si ya tienes una Xbox One o una Xbox One S, puede que lo ideal sería contar con algún plan Renove de los que ofrecen muchos distribuidores o enviar tu vieja consola al mercado de segunda mano para ahorrarte una buena cantidad. En ese caso el salto no será tan doloroso, y las mejoras habrán merecido la pena. Si todavía no dispones de una Xbox One, y quieres apostar por la oferta de Microsoft, la Xbox One X es la mejor opción de cara al futuro, ya que nos parece una apuesta muy seria con una gran lista de juegos que van a aprovechar el máximo desde el primer día.

Son 499 euros.

Como ya hemos comentado el precio pesa si en su día compraste una Xbox One. Hay muchas opciones a tener en cuenta antes de comprar la nueva, así que quizás el gasto no sea tanto si la vendes. El cambio merece la pena, pero no por ello los juegos serán mejores. Se verán mejor, y la experiencia cambia, pero no olvides que los juegos serán los mismos a nivel de jugabilidad. Es una decisión muy personal, pero bajo mi punto de vista sería un buen cambio, ya que cada día que pase tu Xbox One valdrá menos en el mercado de segunda mano.

Pero si lo comparamos con una gráfica de PC, puede que más de uno se lo piense, ya que puestos a gastar, por unos 200 euros más podrías montar un equipo de sobremesa bastante decente, y ahí es donde la balanza podría caer hacia el otro lado. Hay que recordar también que Microsoft pone mucho interés en que los juegos lleguen tanto a PC como a Xbox, por lo que los jugadores de PC no se perderían muchos exclusivos.

Algo que sí nos preocupa es el periodo de actualización que tendrán las consolas tras la aparición de estos nuevos modelos en 4K. ¿Será lo virtual la próxima gran apuesta? ¿Lanzarán nuevas consolas para disfrutarlo con el máximo rendimiento? Esa es la pregunta que nos hacemos hoy y que lamentablemente no sabemos responder.

499 euros es un buen precio para el potencial que ofrece la consola, pero lamentablemente hay opciones muy parecidas por menos dinero y otras más completas por poco más. Resulta curioso ver como Sony ha conseguido posicionarse una vez más con su propuesta por casi 100 euros menos al igual que ocurrió con el lanzamiento de la Xbox One original lastrada por Kinect. ¿Será esta apuesta por la fuerza bruta la que fastidie la acogida del producto?

Y todo desde el sofá

Hace mucho tiempo que aposté por las consolas en lugar del PC. Es una decisión muy personal que no todo el mundo comparte, pero si a día de hoy había fuertes defensores del PC Master Race, creo que consolas como Xbox One X harán que hoy existan menos. Los amantes del teclado y ratón pueden estar tranquilos, porque soporte habrá, aunque otro asunto será el de los desarrolladores que se animen a aplicarlo. De todas formas a mí me gusta el gamepad, desde el sofá de casa se juega muy bien, y hacerlo ahora con esta calidad es algo que esperaba desde hace mucho. Probablemente era lo que esperábamos encontrar con la primera Xbox One, aunque más vale tarde que nunca.

¿PS4 Pro o Xbox One X?

Carlos Martínez / Engadget


No vamos a entrar en la clásica guerra de plataformas, ya que cada uno podrá tener una opinión diferente de cada una. En el papel Xbox One X cuenta con más especificaciones, es más potente, más pequeña y ofrece lector de Bluray 4K, mientras que Sony con su PS4 Pro tiene un catálogo posiblemente más atractivo a nivel de exclusivos, cuesta casi 100 euros menos y tiene el aliciente de la realidad virtual que, aunque tendrás que adquirir el casco PS VR por separado, es algo que siempre podrás probar y tener como opción.

Xbox One X es una consola muy capaz, con un recorrido muy prometedor por delante, pero pensamos que su potencial está dirigido a un nicho muy específico que sepa valorar las capacidades y no quiera saber nada de montar un ordenador.

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